SU PEDIDO

ENERGY

Combustible derivado del petróleo ,obtenido por destilación y diversos procesos de “blending”. Clase C (Tªinfl = 60ºC). Es un producto seguro. Uso en generadores de calor , calefacción y ACS de cualquier potencia térmica. Bonificado. Densidad máx: 900 kg/m3 (media = 860 kg/m3) Color verdoso (colorante azul)

El gasóleo de calefacción REPSOL Energy posee el más alto poder calorífico entre los gasóleos.

Mayores ventajas en un mejor producto
El gasóleo tipo C de calefacción está especialmente indicado para la utilización en calderas. Esto se debe a que en su combustión aporta más calor por cada litro de combustible y a que presenta distinta densidad que otro tipo de gasóleos. De esta manera, un litro de gasóleo C aporta más calor durante su combustión que los gasóleos tipo A y B, para las mismas condiciones.

El nuevo Repsol Energy e , además de las ventajas que ya tiene el gasóleo C, incorpora un paquete de aditivos exclusivos que aumenta el rendimiento y reduce los residuos. Con esto, se consigue más calor por cada litro de producto y un mantenimiento más sencillo y barato.

Certificados de calidad
Además, dado el compromiso de Repsol con la seguridad, el medio ambiente y la calidad, contamos con certificados ISO 14001:2004: Sistema de Gestión Medioambiental e ISO 9001: 2008: Sistema de Gestión de Calidad. Puedes consultarlos accediendo al buscador de certificados.

10 RAZONES PARA USAR Repsol Energy e
  • Por su calidad regulada por especificaciones oficiales, no sujetas al origen del producto, con una formulación exclusiva patentada por Repsol.
  • Por economia de instalación inferior a otros combustibles al no exigir normas especiales nired previa de canalización, no tener cuotas de enganche, alquiler de contadores, etc.
  • Por eficiencia energética, al mejorar el rendimiento de la instalación y mantener las condiciones del estreno de la caldera alcanzando rendimientos cercanos al 100%.
  • Por estabilidad, Repsol Energy e conserva integras sus propiedades en almacenamiento.
  • Por economia, al aumentar el rendimiento se reduce el consumo de combustible y se minimizan los costes de mantenimiento de las instalaciones.
  • Por seguridad, al tener un punto de inflamación superior a los 60ºC.
  • Por tener una red de distribución más extensa que la de cualquier otro operador.
  • Por su aporte a la conservación del medio ambiente por su reducción en contenido de azufre.
  • Por la garantía de suministro al disponer Repsol de gran cantidad de orígenes alternativos.
  • Por la facilidad en controlar la calidad del producto con la obtención de muestras.
Consulte las preguntas más frecuentes sobre el carburante Repsol Energy e

¿Qué calderas pueden utilizar Repsol Energy e ?

Todas las calderas de gasóleo pueden utilizar Repsol Energy e . Antiguas y modernas, para las instalaciones en viviendas unifamiliares, comunidades de vecinos y también en las instalaciones industriales. Repsol Energy e está indicado para todas las calderas de gasóleo del mercado, incluyendo por supuesto las más avanzadas y de última generación.

¿Es compatible con otros gasóleos?

Repsol Energy e es el gasóleo de calefacción más avanzado del mercado y puede ser utilizado en combinación con otros gasóleos. Recuerde que sólo la utilización del producto en un uso regular, confiere a su caldera todas las ventajas del Repsol Energy e , alargando su vida.

Bienergy

¿Qué diferencia tiene Repsol Energy e con otros gasóleos?

Por eficiencia energética: Repsol Energy e al mejorar el rendimiento de la instalación y mantener las condiciones de estreno de la caldera alcanza rendimientos cercanos al 100%.

Cómo mantener en buen estado la caldera Durante estos días de invierno la calefacción nos permite olvidarnos del frío inclemente del exterior y disfrutar de nuestra estancia en el hogar. Para que la caldera pueda seguir dándonos ese confort con el máximo ahorro, debe estar sujeta a un adecuado mantenimiento

Han pasado ya muchos días desde que los generadores de calor de las viviendas volvieron a ponerse en marcha con la llegada del invierno. Con el fin de lograr un funcionamiento adecuado, y tras realizar el conveniente purgado de los radiadores (para extraer el aire del interior del circuito) a principio de temporada, ahora, con la caldera a pleno rendimiento y ante la perspectiva de que aún será necesaria un tiempo más, hay que comprobar que sigue funcionando con la mayor eficiencia. Así lograremos una mejor calefacción y una factura del gas más asequible.

Revisión obligatoria

Una caldera es un mecanismo que alcanza elevadas temperaturas (generalmente quemando gas) para obtener agua caliente, lo que la convierte en un objeto potencialmente peligroso si se manipula sin los conocimientos adecuados. Por ese motivo, su mantenimiento técnico debe ser realizado exclusivamente por personal cualificado para ello. Desde marzo de 2008 el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, obliga a realizar una revisión anual de las calderas. Lo habitual es tenerla contratada junto con un servicio de cobertura ante averías, bien con el fabricante, con el instalador o con la compañía suministradora de gas. En ese sentido, el servicio de gasóleo para calefacción Repsol Energy ofrece además de garantía, servicio exprés, asesoramiento gratuito y financiación de instalaciones. Ante cualquier duda, avería o sospecha de que está produciéndose una fuga de gas, debe llamarse sin falta al Servicio de Atención de Averías (901 12 12 12).

Limpieza periódica

Para asegurarse de que el rendimiento es óptimo, una de las tareas que puede realizarse con periodicidad anual es examinar las pérdidas de calor, midiendo las emisiones de CO2 y CO a la atmósfera. También debe revisarse, aunque con mayor frecuencia (en función del tipo de aparato esta puede llegar a ser mensual), el estado del filtro de gasóleo —si emplea este combustible— limpiándolo o sustituyéndolo en caso de que sea necesario. El técnico también deberá limpiar y verificar los quemadores. Es quizá la principal labor de mantenimiento debido a que, a medida que se prolongue su uso, estos van acumulando suciedad, provocando que la combustión resulte menos eficiente y disminuyendo el rendimiento. No obstante, el usuario también puede echar un vistazo y comprobar el funcionamiento del quemador, gracias a la mirilla con la que suelen contar estos gasodomésticos.

Es recomendable limpiar la superficie de la carcasa con frecuencia semanal, entre otras cosas porque generalmente, la caldera suele ubicarse en la cocina, un lugar propenso a acumular suciedad con gran rapidez. Para esa labor utilizaremos un paño húmedo y jabón neutro, evitando usar productos abrasivos que puedan dañarla. Lo mismo haremos con el tubo de canalización de humo y las rejillas de salida al exterior, procurando eliminar cualquier rastro de suciedad que pueda obstruir la salida.

Finalmente hay que señalar que, con frecuencia, los diversos calentadores cuentan con una válvula para regular la presión del agua (ésta debe ser mayor o igual a 1 bar) y un manómetro indicador. Para lograr la presión adecuada bastará con seguir las instrucciones del fabricante.

Durante los fríos días de invierno, tener un buen sistema de calefacción se convierte en un requisito imprescindible para poder disfrutar del confort de nuestros hogares. Lograrlo con la máxima eficiencia, seguridad y ahorro está a nuestro alcance, gracias a las ventajas que proporciona Repsol Energy e . En invierno, una de las preocupaciones más apremiantes es lograr convertir nuestra casa en una pequeña “fortaleza” frente a las bajas temperaturas del exterior. Para ello son fundamentales dos condiciones: un buen sistema de calefacción y unas adecuadas condiciones de aislamiento que permitan retener ese calor. De esta forma obtendremos la máxima eficiencia energética.

Calefacción eficaz

Repsol tiene la solución para cumplir con el primer requisito, ya que pone a tu disposición Energy e , un sistema de calefacción que ofrece comodidad, seguridad, cuidado medioambiental y ahorro. Se trata de una formula de gasóleo C patentada por la compañía que proporciona múltiples ventajas a sus usuarios: cuenta con un asesoramiento gratuito, y la ventaja de una instalación sencilla y económica, ya que no exige normas especiales ni red previa de canalización, no requiere cuotas de enganche, ni precisa alquiler de contadores. Además, su amplia red —con más 2.000 puntos de distribución en la Península y Baleares— garantiza un suministro constante a salvo de cualquier eventualidad, incluyendo un servicio exprés de entrega en 6 horas para pedidos urgentes. Una vez instalado, Repsol Energy e logra un elevado rendimiento, cercano al 100%, gracias al paquete de aditivos que contiene; éste impide la acumulación de suciedad en forma de partículas insolubles en quemadores, filtros y líneas de alimentación del combustible, manteniendo la caldera en las mismas condiciones del primer día. De esa manera, se logra no sólo un mayor aprovechamiento del gasóleo, sino un menor gasto en el mantenimiento de las instalaciones. También ofrece una mayor seguridad respecto a otros combustibles, ya que cuenta con un punto de inflamación más elevado que el de otros. Asimismo, su menor contenido de azufre y su alta eficiencia por cada litro, suponen una aportación a la protección medioambiental a tener en cuenta.

Cómo conservar el calor en el hogar

El segundo requisito imprescindible para hacer de tu vivienda un hogar confortable es, además de la calefacción, contar con unas adecuadas condiciones de aislamiento que eviten que ese calor generado se malgaste escapando hacia el exterior. Si se hace bien, podemos ahorrarnos hasta un 30% en el coste total de la factura. Por ello, debemos fijar nuestra atención en las principales vías de escape del calor: las ventanas. Éstas deben contar con un doble acristalamiento ya que, además de reducir el ruido procedente del exterior, permiten una buena conservación del calor en el interior. Si además instalas juntas o burletes tanto en puertas como en ventanas, el aislamiento será mucho más hermético. También resulta de ayuda contar con cortina gruesa y cerrar las persianas por la noche. Respecto a éstas últimas, conviene examinar las cajas en las que se enrollan para ver si están adecuadamente selladas, ya que si tienen alguna vía de escape, el aire podría filtrarse al exterior con mayor facilidad. Pero lo más importante es dejarlas cerrarlas por la noche, ya que evitarás que el calor se escape más rápidamente. Por el contrario, es recomendable subirlas durante el día y descorrer las cortinas, para permitir que la entrada de luz natural contribuya al calentamiento de la casa. Tampoco podemos olvidarnos de airear el interior de la vivienda con cierta frecuencia; diez minutos son suficientes para la ventilación adecuada de una habitación, aunque para ello deberás escoger el momento del día en el que menos frío haga en el exterior.

Con todo, si combinas un uso eficiente de los dispositivos de cerramiento de tu hogar con el sistema de calefacción Repsol Energy e , no pasarás frío este invierno. Aprovecha para instalarlo, en el caso de que no lo hayas hecho ya, y lograrás que en estos días que quedan de la estación más fría del año tu hogar se convierta en un lugar más confortable y sostenible.

En esta época del año en que los días son cada vez más largos y soleados los radiadores de nuestro hogar pueden tomarse un descanso de varios meses. Pero para que en otoño vuelvan a funcionar con la máxima eficacia y ahorro basta seguir unos sencillas consejos para su adecuado mantenimiento. Los radiadores emiten calor no por resistencias térmicas como las estufas ( sino mediante el agua caliente que proviene de la caldera a través de un sistema de cañerías. Esto conlleva que ocasionalmente pueda filtrarse algo de aire en el circuito, especialmente si permanece un tiempo inactivo, que haga disminuir la eficacia de su funcionamiento. Para evitarlo basta con realizar una purga del radiador, que en algunos modelos se realiza automáticamente pero en otros es manual.

Cómo realizar el purgado

Si queremos extraer esas bolsas de aire que puedan haberse filtrado en el interior del radiador en primer lugar debemos asegurarnos de que éste permanezca frío y el sistema de calefacción permanezca parado. Esto se debe a que cuando no hay movimiento en el circuito, el aire permanece en la parte alta del radiador, facilitándonos así la tarea. En cada uno de los radiadores de la casa deberemos cerrar primero la llave de paso de agua que la conecta con la caldera, que suele ser una rueda giratoria situada en la parte de arriba y a continuación buscar la válvula de purgado, que generalmente está ubicada en la parte inferior del aparato, y desenroscarla con la ayuda de un destornillador o una llave inglesa. Una vez la hayamos abierto comenzará a salir algo de agua, por lo que es necesario colocar algún recipiente debajo para que no nos estropee el suelo (como no saldrá mucha basta con una pequeña cazuela). Hay que mantenerla abierta hasta que comience a salir agua de forma constante, de forma que no haya gorgoteos. Eso significará que hemos extraído la bolsa de aire del interior y ya podrá funcionar con el máximo rendimiento. Es recomendable que no forcemos demasiado las válvulas para no provocar ninguna avería.

Limpieza de los radiadores

Además del purgado antes de poner en funcionamiento el sistema, a lo largo del año es recomendable limpiar con cierta regularidad los radiadores para evitar problemas de oxidación y adherencias de grasa y polvo que afeen su aspecto y acaben por perjudicar a su funcionamiento. Para ello una buena manera consiste en pasar una aspiradora con boquilla estrecha por la superficie. A continuación emplearemos algún producto de limpieza que a ser posible contenga amoniaco y detergente.

Si las manchas de óxido ya han aparecido entonces lo que tendremos que hacer es remojar la zona oxidada con un cepillo metálico empapado en aguarrás. El siguiente paso será secar la zona afectada con un paño y a continuación pintarla para que mantenga el mismo color que el resto del radiador y no desentone.

Por último, aunque los radiadores han pasado a ser un elemento omnipresente en todos los hogares y son prácticamente otro elemento decorativo más gracias a un diseño cada vez más cuidado, existen en el mercado diversos tipos de cubrerradiadores para realzar su función decorativa durante todo el año.

Colocación óptima de los radiadores

En los sistemas de calefacción a gas, los radiadores deben colocarse debajo de las ventanas, de forma que la longitud de las mismas coincida con la del radiador. Así, se optimiza la correcta propagación del aire caliente por la estancia.

Esta es la ubicación idónea para una distribución perfecta del calor en las habitaciones. Sin embargo, si alguna zona del hogar, por sus grandes dimensiones, requiere dos módulos, o si es muy pequeña y resulta imposible instalar el radiador debajo de la ventana, el lugar más apropiado será cerca de la puerta o en una de las paredes laterales, en sentido perpendicular a la ventana y lo más próximo a ésta.

No es aconsejable colocarlos en huecos o cavidades, pues pierden potencia, y lo mismo sucede si se los cubre con elementos decorativos. El radiador debe estar a la vista, integrado en la habitación y nunca tapado u oculto tras muebles de gran tamaño, como sofás o contenedores bajos, pues es la mejor manera de anular su capacidad emisora.

Aunque la decisión final depende del usuario, el tradicional hábito de utilizar cubrerradiadores (celosías de madera) está desfasado y no es recomendable desde el punto de vista del rendimiento del aparato. Cualquier elemento que haga las veces de pantalla entre el radiador y el exterior, resta potencia a su capacidad calorífica. Hace cuarenta años, prácticamente todos los radiadores eran de hierro fundido, un material que difícilmente armonizaba con el estilo de la habitación, pero actualmente la oferta, tanto en materiales como en diseño, ha mejorado mucho y se pueden encontrar radiadores de chapa de acero, de aluminio y de tubo acero, siendo los últimos los que más ventajas han aportado desde el punto de vista estético.

En estos momentos la oferta es tan amplia que se fabrican módulos a medida, en vertical y horizontal, con diferentes alturas, tamaños y formatos diversos (extraplanos, ondas, finísimos tubos…), en una variadísima gama de tonalidades que incluye todos los colores posibles en brillo o mate. Esta versatilidad permite la integración total de los radiadores actuales en cualquier ambiente y estilo decorativo.

Saca el máximo partido a tus radiadores

Si quieres optimizar el funcionamiento de tus radiadores, debes fijarte en que estén colocados en el lugar idóneo de la habitación, que tengan una limpieza y un mantenimiento correctos, y que dispongan de válvulas termostáticas para conseguir los mejores rendimientos energéticos.

En una instalación de calefacción con caldera y radiadores, tan importante es el aparato calentador como los emisores de calor. Si eres escrupuloso en el cuidado de tus radiadores, estarás favoreciendo los tres objetivos básicos que persiguen las actuaciones de las principales normativas referentes al sector de la calefacción y agua caliente sanitaria en materia de sostenibilidad y eficiencia energética. Estos objetivos son: reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera, disminución de los consumos de combustible, y aumento del confort percibido por el usuario.

En el caso de que ya dispongas de una instalación de calefacción de gas, el mantenimiento de tus radiadores es muy sencillo: sólo tendrás que limpiarlos regularmente y purgarlos una vez al año, justo antes de que comience la estación fría.

Con una limpieza periódica de estos elementos durante todo el año, después sólo tendrás que eliminar cualquier partícula de polvo o suciedad con un pequeño plumero y un paño ligeramente humedecido.

En el caso de que no tengas calefacción de gas y estés pensando en instalarla presta atención a las siguientes recomendaciones: coloca tus radiadores correctamente, preferiblemente bajo las ventanas, para evitar pérdidas de calor; utiliza válvulas termostáticas para sacar el máximo partido a tu calefacción; y apuesta por instalaciones a baja temperatura, con caldera de condensación, de baja temperatura o estándar de alta eficiencia energética. Con este sistema de calefacción por radiadores de agua caliente lograrás los menores consumos, las menores emisiones a la atmósfera y el mayor confort en tu vivienda.

¿En qué consiste el purgado manual?

La purga manual de los radiadores se realiza para extraer el aire que haya podido acumularse en el interior de los mismos durante los meses cálidos, periodo en el que la calefacción ha permanecido apagada. Debes purgar todos y cada uno de los aparatos para que la emisión de calor se realice de forma homogénea y óptima en tu hogar, y para que la instalación logre el mayor rendimiento energético.

Tendrás que abrir la boquilla de purga (situada en la parte superior del radiador) con un destornillador o una llave apropiada, colocando un pequeño recipiente para recoger el agua que caiga una vez que haya salido todo el aire. Esta será la señal para saber que la purga ha concluido. Realiza esta operación con todos los radiadores, comenzando por los que se encuentran más próximos a la caldera. Para asegurarte de que tus radiadores se han purgado correctamente, comprueba en tu caldera el valor de la presión, que tendrá que estar a 1 bar, o ligeramente por encima.

Válvulas termostáticas e instalación a baja temperatura

Si tus radiadores disponen de válvulas termostáticas, puedes conseguir ahorros energéticos de hasta el 15%, lo que repercutirá directamente en la factura de la luz y en el confort general de la vivienda. Podrás regular la temperatura individualmente en cada estancia, ajustándola a las necesidades específicas de la misma.

Consulta al instalador por las modalidades de calefacción a baja temperatura, pídele que te explique con claridad las ventajas de la misma, los aumentos de rendimiento que presentan estos proyectos con respecto a los sistemas convencionales y los ahorros de consumo y económicos que contemplan comparativamente con las instalaciones que trabajan a alta temperatura.

Pon a punto tu caldera antes de que llegue el invierno

Este puede ser un buen momento para poner a punto la instalación de la calefacción. Si tienes una caldera de gas o gasoil, límpiala en profundidad, revisa todos los dispositivos y elementos imprescindibles para su correcto funcionamiento, y echa un vistazo a los radiadores para que el frío no te pille desprevenido.

Si dispones de un contrato de mantenimiento con el fabricante de tu caldera o con la empresa suministradora de la energía, el inicio del otoño es un momento excelente para que los técnicos realicen la revisión anual de tu caldera. De esta forma, estarás tranquilo antes de que lleguen las bajas temperaturas.

En caso contrario, ponte en contacto con un técnico, que será quien mejor revise la caldera en profundidad (correcta combustión, inspección de los dispositivos y mandos y sustitución de alguno de ellos si fuera necesario, ajustes de temperaturas, presión del agua, etc.). Ellos te informarán del estado de tu aparato e incluso podrán aconsejarte que vayas pensando en “jubilarlo” si aprecian fallos, irregularidades o desgaste en sus procesos operativos, atribuibles a los años de vida del mismo. A partir de los doce años, las calderas pierden fuerza y empiezan a presentar todo tipo de problemas y averías.

Manos a la obra

Si la revisión anual de tu caldera está fijada para más adelante, tu mismo puedes realizar unas sencillas funciones básicas, necesarias para que tanto el aparato como los radiadores estén en condiciones óptimas para dar la bienvenida al frío. Recuerda que de nada sirven las inspecciones efectuadas por técnicos y especialistas, si luego los propios usuarios no cuidamos y mantenemos correctamente nuestros equipos de calefacción y aire acondicionado.

Empecemos por la limpieza. Elimina el polvo de la caldera y limpia la carcasa con una bayeta humedecida y jabón neutro, aclarando el agua posteriormente con un paño seco; haz lo mismo con el tubo de evacuación y con las rejillas de ventilación al exterior; estas no deben contener ningún residuo de suciedad, grasa o resto de polvo, partículas que pueden estar obstruyendo la salida de los gases al exterior.

Continúa con la limpieza de los radiadores: insiste en eliminar el polvo y las pelusas del interior de los mismos con un cepillo apropiado que facilite la tarea; posteriormente limpia la parte externa con una bayeta humedecida y jabón neutro, y sécala con un paño. Ya tienes los distintos elementos de la instalación de calefacción perfectamente limpios para una distribución óptima del calor en tu vivienda.

Por último debes comprobar en la caldera los selectores de ajuste de la temperatura de la calefacción, y tendrás que revisar igualmente la presión del agua, que debe ser mayor o igual a 1 bar, valor que observarás en el manómetro. Si está por debajo de esta cifra, coge el manual de instrucciones del aparato y actúa según te indique (estas funciones vienen explicadas con gráficos e iconos de forma que le resulten compresibles al usuario).